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Cuatro veces más alto, Relato Altos del Chicauma

11/8/2019

1 Comentario

 
Por Pedro da Costa
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Introducción

Como soy nuevo en el tema del senderismo (esta es recién mi tercera salida con el grupo y antes de eso solo he salido un par de veces) aún no se qué esperar de las salidas y cada actividad está precedida por varios días de expectativa. Debo aclarar ademas, que también soy nuevo en el tema de la cordillera en general, ya que vengo de Uruguay, país donde el punto más alto se encuentra a 513 metros sobre el nivel del mar.
Entonces cuando alguien dice que algo está a 2.000 metros sobre el nivel del mar yo pienso "ah, pucha, super alto, es 4 veces más alto de lo que supone ser una cota superior por buena parte de mi vida".
Pues bueno, resulta que la Laguna del Inca, ubicada en los Altos de Chicauma (región metropolitana de Santiago), está aproximadamente a 2.030 metros sobre el nivel del mar.  Claro que el camino no empieza en 0, se comienza en 1063 mts pero de todas maneras, 967 metros es una cantidad bastante respetable.

Días previos a la reunión


Para mí este tipo de salidas a la naturaleza (o cualquier tipo de viaje en realidad) se disfrutan en 3 tiempos:  en los momentos previos donde uno se prepara, cuando arma su mochila, revisa el estado de sus cosas, evalúa su estado físico y ese tipo de cosas. El momento de realizar la actividad en sí misma, donde ya no hay que pensar tanto, solo vivir el momento y estar presente. Y en lo posterior, recordando los momentos vividos, las lecciones aprendidas y las particularidades de cada salida.

Quizás sea por la novedad del tipo de actividad, por ser extranjero, o vaya uno a saber por qué, pero desde varios días antes de salir la actividad ya empieza a hacerse presente en mi mente y empiezo a sentir un poco de ansiedad y ganas de ya estar en la puerta del Monval con la mochila en la espalda y listo para arrancar. La manera más disfrutable de sobrellevar esa ansiedad, al menos en mi caso, es repasando la salida mentalmente, preparando mis cosas y asegurándome de tener todo listo. En estos momentos, el documento de planificación de la salida me viene como anillo al dedo para ir haciéndome una idea de qué es lo que uno va a encontrarse, saber qué es lo que uno puede necesitar y de paso conocer algunos detalles del camino a recorrer. En este caso en particular, luego de leer el documento de planificación, aún me quedaban algunas dudas. El documento mencionaba el uso de piolet y crampones, tuve que recurrir a google para ver eran qué eran los crampones.  Aparentemente sirven para caminar en la nieve!

Si bien ya estoy en Chile desde hace un par de años, solo he visto nieve un par de veces y aún estoy lejos de acostumbrarme a ella. Para mí sigue siendo una cosa semi mítica, que solo se ve por televisión en la época previa a navidad.Los crampones sugerían que podía ver nieve en el camino, lo cual me hacía bastante ilusión, pero también indican que quizás caminar en la nieve, podría no ser tan sencillo.

De donde cuernos saco crampones y piolet? Tendría que tener experiencia con la nieve para poder llegar hasta la laguna? La cosa podría ponerse peluda y me preocupaba un poco mi falta de experiencia. Afortunadamente, la reunión de planificación estaba agendada para varios días antes de la salida y me imaginé que era un buen momento para hacer preguntas.


Reunión de planificación

Marcelo Rivas (guía de esta salida),  repasó el documento y dio algunos detalles más, habló de la posibilidad que hubiese nieve cerca de la laguna, de que quizás si llegado el momento la nieve era demasiada o alguien no llevaba piolet o crampones, podría ser necesario separarse en dos grupos:  uno esperaría mientras el otro continuaba el camino. Eso fue tranquilizador,  ya que yo ni tenía el equipo, ni tampoco estaba del todo seguro en saber qué hacer con él en caso de tenerlo.

La falta de equipo, aparentemente no era demasiado problema, podía alquilar las cosas. Así que me fui a casa con esta especie de hacha y una suerte de calzado con pinchos. Por lo menos, nadie se iba a meter conmigo de camino a casa.
Ese viernes, además de la Planificación era día de Plato Único, por lo tanto además de despejar mis dudas la reunión sirvió para socializar un poco, me quedé conversando con Karina Sáez y Norma que al parecer también eran nuevas en el club y estaban en una situación similar a la mía. Creo que como nos vieron un poco perdidos, Sandro Biso y Verónica Toro nos explicaron algunos detalles: tópicos para tomar en cuenta en las salidas, detalles para elegir un buen calzado, etc.  Salí sintiéndome bastante más listo y de paso con el estómago lleno y un poco de pizza para el camino.  Sólo quedaba esperar.

Inicio de la salida

La salida era por un solo día, se realizo el día sábado 6 de julio del 2019. Claramente no fui yo el único que pensó que era una salida digna de participar, el cupo de la van para 19 personas se llenó rápidamente y como varios habían quedado sin poder participar, Claudia González ofreció ir en su camioneta lo que permitía agregar más participantes. Pero se presentaba un problema, que indicaba no ser una buena idea dejar su camioneta abandonada en el medio de la nada (alguien sugirió encadenarla a un poste, pero parece que ni aún así), la participación de los ocupantes de ese vehículo dependía de que fuera posible estacionarla en algún lugar vigilado, de otra manera tenían que ejecutar algún tipo de plan B, que nunca supe en qué consistía. Bastante sacrificado levantarse a las 5am y viajar un par de horas bajo la amenaza de tener que volverse pensé yo, aunque debo admitir que en su lugar hubiese hecho lo mismo.

El punto de encuentro, al menos para mí, era la puerta de la sede y había que estar a ahí a las 6 de la mañana. Creo que no habían dado las 5:50 y ya estábamos todos arriba de la van, listos para partir.  Mientras esperaba que la van arrancara, intenté hacer memoria y no pude recordar cuando fue la última vez que llegué temprano a algo que estuviera convocado a las 6 de la mañana, pero ahí estaba yo y el resto de los participantes que habían elegido la sede como punto de encuentro todos listos y ya con ganas de partir. La Van hizo algunas paradas más para levantar gente (7 paradas) y en todas ellas, la situación fue la misma, todo el mundo llegó a la hora señalada y llegamos sin contratiempos al inicio del sendero.
Los chicos que iban en la camioneta finalmente consiguieron estacionamiento, así que descartaron el misterioso plan B y se unieron a nosotros.

Comenzando a caminar

Finalmente era el momento de comenzar a caminar! A tal expectativa se le sumaba el terrible frío de la mañana. Dado que habíamos varios nuevos integrantes,  Verónica Toro nuevamente nos dio algunos consejos y nos explicó algunas técnicas básicas, cómo por ejemplo regular los bastones de acuerdo a la estatura y si es para subir o para bajar, que me imagino son detalles obvios para quienes ya tienen algunas salidas.

El inicio del camino a la Laguna del Inca está marcado por una extraña construcción que no pude deducir para qué sirve (pregunte a quienes tenía cerca, pero tampoco pudieron precisar su función), claramente no son ruinas ni está abandonada, ya que se ve diferente a las fotos que se encuentran en internet, como más completa y arreglada. Ese misterio nunca fue resuelto, si alguien tiene idea de para qué sirve, que comente porfa, se agradecerá!

La primera parte de la caminata es por un camino vehicular, lo que hace posible que los primeros kilómetros se caminan con suavidad, uno puede ir conversando y observando el paisaje tranquilamente. Durante este trayecto Verónica Toro nos explicó sobre la función de las cordadas, de cómo es la dinámica para hacer la caminata y algunos otros consejos prácticos. En esta parte del camino pudimos observar algunas aves, y una abundante vegetación, los que sabían un poco más del tema aprovecharon para sacar varias fotos, el comienzo de la aventura se me hizo super agradable.
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Lentamente vamos ingresando a un bosque y el camino se transforma en sendero, por  momentos se hizo un poco difícil seguir la huella y tuvimos que dar alguna que otra vuelta, pero siempre conseguimos encontrar el camino sin demasiada dificultad.

Luego de caminar por algunas horas, nos sentamos a descansar unos minutos. Mientras descansábamos algunos, el grupo líder calculó los tiempos de caminata realizados versus los tiempos que faltaban y determinaron que si continuábamos al mismo ritmo lo más probable sería que no llegaríamos a la Laguna. La decisión fue separar el grupo en dos, quienes tuvieran ganas de apurarse podrían ir adelante y a un ritmo más ligero y quien quisiera tomárselo con un poco más de calma, irían con el segundo grupo, a ritmo más tranquilo. Como la posibilidad de volver a tener contacto con la nieve me hacía mucha ilusión, decidí que quería probar suerte con el primer grupo.

El siguiente tramo, era un poco más exigente. El sendero en esta parte es bastante más estrecho y empinado, por lo que la caminata ya exigía un poco más de uno, pero a su vez recompensaba con la vista.
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Seguimos caminando y luego de un buen tramo comenzaron a aparecer los primeros atisbos de nieve, al principio solo eran pequeños cúmulos aislados pero a medida que subíamos, los cúmulos eran cada vez más cercanos y voluminosos. Ya contaba oficialmente como nieve! Y el bosque parcialmente nevado me resultó encantador.

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Si hubiese tenido que devolverme en ese momento y comenzar el descenso, la salida ya hubiese sido un éxito para mi. Pero todavía quedaba mucho por delante (la mejor parte quizás?),  aún faltaba bastante para llegar a la laguna.
En determinado momento del camino paramos unos minutos para descansar y reagruparnos, me vino muy bien ya que el camino es casi todo una constante subida y se hace un poco cansador. Creo que estábamos cerca de los 1700 mts y todavía quedaba un buen tramo. Los chicos hicieron algunos cálculos y observaron que todavía estábamos atrasados con respecto al cronograma inicial, quizás no diera el tiempo para llegar hasta arriba!Pucha, había que apurarse y yo ya estaba bastante cansado. Pero como ya me había hecho ilusión de llegar, redoblé el paso.
El bosque termina abruptamente dando paso a una sección descubierta y empedrada, esta parte del camino si bien es un poco empinada, es relativamente corta; uno puede ver donde termina la subida y el avance se hace más observable lo que lo hace más llevadero.
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Al llegar al final de la subida, uno se encuentra con una roca que debe rodear antes de poder ver finalmente la Laguna.

La laguna!

Me tomó unos minutos entender el porqué del color blancuzco que tenía el agua pero finalmente lo entendí, la laguna parecía estar congelada! No había considerado esa posibilidad, una sorpresa muy agradable, ya quería ir hasta ahí y tocar el agua congelada,  pero como estaba un tanto cansado me lo tuve que tomar con calma.

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Al llegar comprobé que mi suposición era acertada, la laguna efectivamente estaba congelada, es la primera vez que veía algo así por lo que la sonrisa me duró varios minutos y para mi fue uno de los momentos álgidos de la salida. Quizás a alguien acostumbrado al frío y al hielo esto no le parezca la gran cosa, en lo personal, creo que me aun me faltan unas cuantas lagunas congeladas para llegar a acostumbrarme.

La vista de las montañas y el valle desde esta parte es espectacular.
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El almuerzo fue a las corridas, teníamos poco tiempo. Ya habíamos superado la hora que habíamos puesto como límite para comenzar el regreso y todavía seguía llegando gente.

Solo hubo tiempo para tomar algunas fotos, contemplar la laguna y la vista, abrigarse un poco y prepararse para regresar.
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Regreso

El nivel de nieve no ameritaba el uso de crampones, pero había cantidad suficiente como para hacer que el camino estuviera un tanto resbaloso.
Al principio me pareció que no era para tanto, pero luego de resbalarme un par de veces y caerme de culo sobre la nieve (que es bien fría, pero al menos es blandita y amortigua) decidí poner en práctica los consejos de Verónica para caminar por la nieve y con el transcurso de los minutos le fui agarrando la mano.

No se bien a qué se debe, pero la bajada siempre se me hace mas larga que la subida. Es cierto que es menos cansadora (particularmente en este caso donde la pendiente es continua y el camino es todo hacia arriba o hacia abajo) pero requiere más concentración. Y por alguna razón no se es tan consciente de la distancia que uno recorre cuando va de subida como lo es cuando va de bajada.

Además, parecía  difícil llegar a la meta a la hora en la que la Van esperaba. En el camino le habíamos pedido al chofer que extendiera el plazo. Pero a medida que caminábamos y avanzaban los minutos, se empezaba a hacer obvio que tampoco íbamos a poder cumplir, sobre todo los que veníamos atrás (pucha, el tipo nos va a matar, pensé).

Me gustaría aprovechar para agradecer la paciencia que se tuvo con los que veníamos atrás que éramos en su mayoría gente nueva. El camino de regreso hubiese sido mucho menos disfrutable de haber sentido la presión de estar demorando la vuelta. Se nos pidió que nos apuráramos dentro de lo posible, pero con toda la buena onda.
De todas maneras, convenía apurarse y no solamente por el tema del transporte. El atardecer comenzaba a acercarse y no todos teníamos linternas,  el camino en la parte del bosque podría ser complicado de cruzar con poca luz.
Por suerte, cuando llegamos al camino vehicular (mucho más sencillo de transitar que el bosque) a tiempo, todavía teníamos algo de luz.

Se hizo de noche mientras caminábamos pero esta parte era bastante más fácil y nos arreglamos bien con las linternas que teníamos.
Creo que llegamos tan tarde que al conductor ya se le había pasado el enojo (muy zen de su parte, hay que reconocerlo) e incluso accedió a hacer una parada para cenar en el camino.

Ya entrada la noche comenzamos el regreso a casa.

Las empanadas

Como el almuerzo se hizo a las apuradas, yo a esas alturas estaba muerto de hambre. Afortunadamente, las salidas del Monval casi siempre cuentan con esta especie de tercer tiempo. Un momento para relajarse, dejar de caminar y moverse por un rato, comer algo, charlar animadamente y por qué no, tomar alguna cosa.

En este caso paramos en una feria que no parecía preparada para atender a tantos comensales (éramos 24 personas!), pero la buena onda y disposición del personal, hizo que sacaran de abajo de la manga mesas y asientos para todos (o al menos casi todos) y se las arreglaran para vendernos té, bebidas y algunas empanadas reparadoras para todos. Ademas vendían algunos productos de preparación artesanal que tan distintos son de las cosas que uno consigue habitualmente en un supermercado y que está acostumbrado a consumir.

Conclusión

Quizás sea porque vengo de Uruguay, donde juntar 10 personas para jugar un fútbol 5 es una tarea de complejidad logística casi titánica, pero quedé muy impresionado por el nivel de organización que tuvo esta salida (y en general del Monval).  Éramos 24 personas, en dos vehículos, con bastante gente nueva y todo funcionó impecablemente. Salvo tal vez por la hora de llegada a la van, pero considero que es algo bastante menor y no opacó el resto de la salida en absoluto.

Algo que también es destacable, es lo fácil que es sentirse como en casa en estas salidas, y eso que yo tengo solamente 3 salidas (contando esta) y un par de asistencias a las reuniones. Debo decir que si bien llegué al grupo interesado más bien en las actividades, la verdad es que hoy por hoy voy a las salidas con mis intereses dividido 50/50 entre el contacto con la naturaleza (que hasta ahora ha superado ampliamente mis expectativas) y el contacto con la gente, que es super buena onda.

Agradezco también la paciencia con la que le explican a uno que es nuevo las cosas y se lo alientan a ir a por un poco más.

Personalmente, volví a casa con algunos amigos nuevos, la experiencia de haber pisado una laguna congelada, jugado con la nieve y un queso de cabra artesanal.
Ah!!, y bueno …. con los músculos de las piernas un poco adoloridos, pero “sarna con gusto no pica”, dice el refrán.

No podría pedir más y solo me queda agradecerle a Marcelo y el Monval por todo lo que hacen y por permitirme acompañarlos.

Nos vemos en la próxima salida!


Participaron:

Gustavo Varela
Cristian Vasquez
Antonio Salcedo
Ximena Arriagada
Norma Vergara
Sandro Biso
Verónica Toro
Karina Saéz
Luis Manriquez
Pedro da Costa
Bruno Biso
Pamela Quirilao
Eduardo Araya
Marcelo Rivas
Marlenne Aroca
Fabio Carrera
Gretel Rojas
Magdalena Jimeno
Anibal Cabrera
Claudia González
Alejandra Arriagada
Carlos Garcia
Luis Arriagada
Paola Vidal
1 Comentario
Remigio vera link
12/8/2019 10:49:50 am

Increíble paseo, me alegro que gente de otros lugares aprecie mi patio trasero, soy de lampa y muchas personas aun no conocen la belleza de mi querido Chicauma, saludos.

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